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Descatolización, más sin religión y protestantismo en México: Censo 2020

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Se han publicado los resultados generales del censo nacional en México del año 2020. En la cuestión religiosa el reporte es de sumo interés.  El año pasado anoté algunos posibles resultados del censo de 2020 en México respecto al tema religioso. Una primera observación fue que la religión católica registraría “una disminución de su porcentaje de fieles respecto del 83%” en 2010. “Es posible que la barrera del 80% se cimbre”, se afirmó en aquel momento. Este punto se confirmó con la información recién publicada, ya que, a pesar de que hay un número mayor de católicos en México para 2020 (+ de 97 millones), estos representan solo 77% de la población total. Se refrenda así la descatolización del país observada después de los años 70 del siglo pasado, al igual que en toda la región latinoamericana, como observamos en la siguiente gráfica:  Otra observación fue que los Evangélicos y Protestantes podrían registrar más del 10% de población expuesto en la década pasada, como consecuencia de la

Aventuras de un sociólogo inocente

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El sociólogo inocente nota que hay una concentración inusual de mujeres en el cabildo municipal del pueblo indígena donde realiza su investigación. Presto y decidido, el sociólogo se dispone a mirar las “interacciones”, cuando de pronto descubre que las mujeres, con hijos en brazos, están reunidas alrededor de un par de sujetos encargados del nuevo y radiante programa federal: PROSPERA. Mezclándose entre los nativos, el ingenuo investigador escucha con cierta distancia, como ocultándose de los aplicadores bien peinados del programa social. Uno de los encargados, al parecer el “jefe” del otro –vestido de mezclilla azul y camisa blanca, con cierta entonación de “mirrey”–, se dirigía a las mujeres con autoridad espontánea, diciéndoles: –Pues estos son los beneficios de la Reforma Energética, como les iba diciendo. ¿Les quedó claro a todas? Tienen que comunicarle a las titulares. Las mujeres, acaloradas y dispuestas en una especie de parroquia improvisada, se volteaban a m

Génesis del sentimiento religioso

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Ante la miseria del mundo —frente al triunfo del poder y el encumbramiento de los chacales y los lobos— las narrativas culturales configuraron tres justificaciones virtuosas.  La primera de ellas es el karma o el sistema de contrapesos, mediante el cual cosechamos un “justo" pago por nuestras acciones presentes o pasadas. La segunda es el dualismo entre las fuerzas del bien y del mal, el “yin" y el “yang” (protectores y demonios) como fuerzas productoras de un mundo en continu a tensión. Y, la tercera, el decreto de una potencia consciente que arregla y desarregla su creación: el dios ocioso o el dios que se oculta para burlarse de la nimiedad de sus marionetas. Bajo cada codificación de la miseria se han fundado asociaciones religiosas, es decir, mercachifles que ofrecen la promesa de una especie de venganza contra la injusticia: "¡Que a los hijos de puta les vaya bien en este mundo porque ya lo han de pagar en el infierno! ¡Sufra ahora para alcanza

A propósito del día internacional de la mujer

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–¡Aquí no existe el noviazgo! –Me cuenta una joven indígena. –Figúrese usted que a una de mis primas la casaron nomás porque sus papás la vieron platicando con un chico. Ni estaban haciendo nada ¡Se lo juro! Así como lo oye, fueron a hablar con el juez y los matrimoniaron. –¿Y siguen casados? –Sí, claro. Ahora pus, ya se quieren algo, poquito. Otro poblador me platica: –Cuando yo pedí a mi esposa ella tenía 15 y yo 30 años. Nunca habíamos platicado antes, por eso me aceptaron sus papás, porque actué con “respeto”, no cómo ahora que andan los jóvenes de novios. El mecanismo tradicional para casarse en la comunidad indígena inicia cuando el hombre visita la casa de la chica con la que quiere “juntarse" y arregla el matrimonio con sus padres. Las mujeres suelen ser más jóvenes y muchas de ellas no conocen a su futura pareja hasta ese momento. Los varones llevan aguardiente, granos, refresco y carne de puerco. El padre puede “resistirse" y hacer que el pretendie

Elogio al erotismo

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Traigo a la cabeza dos disgresiones sobre el erotismo construidas a partir del intelectualismo, lo cual, en última instancia, debe ser un crimen apenas reprochable a los intelectuales que han creído desvanecerse en un intento de mística a través del ejercicio sublimado de la sexualidad.  Para el primero de mis citados, Octavio Paz, en La llama doble , el erotismo, en palabras simples, es una metáfora, un ritmo, «nuestra ración de paraíso», hermanos. Es una vuelta a la naturaleza reconciliada sin ser por ello mera animalidad; es un más allá erótico –dice– pero aquí y ahora mismo; y es , también, una forma de consenso en que todos los hombres y todas las mujeres viven y se transfiguran.  La otra voz en mi cabeza es de Max Weber quien asegura, fehacientemente, que el erotismo es hacer comunidad, una comunidad de un solo cuerpo que se integra por todos los participantes del acto sexual; un desvanecimiento del «yo» que es tan soberbio que solo se le puede explicar simbólicamente; u

La invención del ateísmo en México

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Después de siglos de pensamiento cuasireligioso en México, el siglo XIX dio cuenta de las primeras manifestaciones seculares no solo a través de las instituciones políticas y su marcado anticlericalismo, fruto de la disputa por la hegemonía política, sino también en términos intelectuales y culturales. A decir de Carlos Monsiváis (2002), en 1937 se inauguró el ateísmo en la vida pública de la nación mexicana. Es conocido el relato de Ignacio Ramírez, el «Nigromante», quien a los 19 años solicitó el ingreso a la Academia de San Juan de Letrán en la Ciudad de México, rodeado por un ambiente de jóvenes intelectuales congregados en torno a la discusión literaria y científica, pero formados en la única cultura posible durante las primeras décadas del siglo XIX, la eclesiástica.  Según consta en el relato de Guillermo Prieto, Ramírez sacó de su bolsillo una pila de papeles indistintos y leyó uno de ellos con voz «segura e insolente»: «No hay Dios». Tal declaración impactó como una

A propósito de Cortázar

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Hace 98 años nació aquél funesto escritor que le quitó el orden a la tiranía de la realidad y descompuso al ser humano entre cronopios y famas, como si no fuera suficiente problema pensar a las personas en términos de vecinos, camaradas o farsantes. ¿Se puede vivir sin leer a Cortázar? ¡Por supuesto que se puede, pero ésa no es vida! Dirían algunos. Yo me reservo -un poco-, Cortázar no es ningún dios ni llega a los talones de un semidios, en cambio, puede decirse que es un relámpago en medio de una lluvia «que vos no elegís». Su tarea no es sencilla: encarnar las cosas invisibles, las ideas que «caen a la tierra como palomas muertas». El lenguaje, que ya es suficientemente conflictivo como para caminar tranquilamente por la calle: «La coincidencia del nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie». O el llamamiento al mundo entero por crear una nueva raza, la de los escrib

El amor, la trascendencia y otros bichos

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Todas las unidades de la experiencia contienen un mínimo de necesidad de trascendencia nos dice Koselleck. Si recuperamos la tesis matemática de la trascendencia aplicada a la teoría de los números, encontramos que lo trascendente se aplica a todos aquellos números «irracionales» que no pueden ser abarcados por el sistema de «numeración» común a los números algebraicos. Es decir, los números que se sabe que existen, y que de hecho son fundamentales para muchas operaciones matemáticas, pero que no pueden ser aprehensibles por la numeración. Esta referencia a la teoría numérica nos permite entender el otro significado de la trascendencia: la propiedad de exceder los límites. Y de qué límites estamos hablando, pues sobre todo del espacio y del tiempo. El amor es sin duda una de las principales unidades de la experiencia en el acontecer de la historia vital de cualquier ser humano, ya en contra o a favor de las prenociones propias del concepto. Es a la vez un evento que irru

El fracaso de dios

Si es que existe un dios manifiesto que no admite dudas sobre su ontología, ya Marx lo ha revelado claramente hace un par de siglos. Se llama Capital y ante él concurren, con fervor y sin excepción, todos los habitantes del planeta -ejército de creyentes que alumbrados en el siglo de la globalización, profesan la sagrada palabra del monetarismo con o contra su voluntad. Las religiones se incrustan con la ritualística adecuada en la consciencia de la sociedad, a través del mito, primero, y del rito posteriormente. El dios dinero cuenta con uno o más templos a la vista para abrazar su fervor, se llaman también bancos y conforman las arterias de la dogmática actividad religiosa del Capital. La circulación y acumulación sacra que da vida al misticismo de las monedas y los billetes. Los pastores del oro se llaman también economistas, secretarios de Hacienda, gerentes y presidentes del Fondo Monetario Internacional y del Consenso de Washington. Sus cónc