Tiempos sagrados
La vida posee un transcurrir mundano, los tiempos de la vida siempre son los mismos, una especie de espiral en la que nos encontramos inmersos: despertar, hacer mundo y dormir esperando la muerte. Por hacer mundo me refiero a todas las actividades mundanas: comer, conocer, aprender, reír, amar, defecar, etc. Algunas más intensas que otras, algunas otras mucho más placenteras y quizás otras demasiado humanas. Borges (en el inmortal ) nos hace reflexionar acerca de la infelicidad humana al conocer la suerte de su destino: la muerte. La conciencia no es más que una razón de tristeza, los humanos son mortales porque conocen de la muerte, los otros animales son inmortales porque no saben que fenecerán. De entre todo ese transcurrir cotidiano patético al que regularmente nos acostumbramos, los seres humanos formulamos tiempos sagrados, lapsos que sobresalen de entre toda la corriente de vida y nos estremecen los sentidos en eventos sacralizados por nuestra experiencia y nuestro imaginario. ...