Sobre el romance

De todas las mentiras que nos cuentan, en nuestro mundo adicto al confort, nada es más insidioso que la mentira del romance. La idea seductora, pero infantil, de que en algún lugar existe alguien que nos complementa todas las facetas, alguien que nos hará completos y la espera continua por el amor vital, aquél que comprenderá perfectamente las manías de las que somos presa, una especie de dualidad destinada en el principio de los tiempos para nuestra existencia. Naturalmente esta ilusión evita que nosotros mismos seamos completos y, al final, nos impulsa a despreciar nuestros propios defectos, nuestras faltas, todo en lo que se basa nuestra humanidad. Nuestra humanidad sin la cual, desde luego, no somos nada. La idea romántica de que en algún momento "un alguien o un algo" aparecerá para mejorar el aspecto de nuestra existencia resulta tediosa e insoportable y, más aún, genera un sentimiento de vacío, el cual sólo será llenado mediante la llegada del "salvador amor...