El consumo y la estética

El consumo adiestra con base en la novedad y la intención de status que se adquiere al comprar cierto producto, al acceder a un auto por ejemplo, no solamente se accede al auto como objeto, sino también a los bienes simbólicos del acceso al auto, prestigio, presunción y sobretodo jerarquización social, y por lo tanto exclusión.
Muchas personas representan en sus autos su pretensión de status, algunos otros en sus casas, en sus consumos culturales, en sus viajes y tiempos de ocio, etcétera. Pero sea cual sea el caso, el principal elemento es el consumo como agente de diferencia social y como representación simbólica (muchas veces falsa) de una jerarquía social a la cual no se pertenece.
La estética por otro lado adiestra con el favor de las formas normales y homogéneas de lo bello y lo sublime. No hay ejemplo mejor que los cuerpos como mercancías de lo estético. Un cuerpo bello estéticamente es aquel que tiene asegurado el acceso a ciertos niveles sociales o que por lo menos no cuenta con el estigma de la diferencia y la exclusión.
Los cuerpos femeninos son entonces elevados al punto de la estética aceptable y se mezclan con los objetos por comercializar como los autos, creando muestras tan aberrantes como los anuncios de carros espectaculares y mujeres hermosas, la perfecta combinación de la estética y el consumo.

Comentarios

Mariana dijo…
Hace algunas semanas en el diplomado de género analizábamos algunas imágenes, de las miles que hay, en que las diferencias de género fuera de ser desvanecidas son incrementadas, reforzadas, de manera por demás grosera.

¡Besos!

Mariana.
sirako dijo…
yo tengo cuerpo como para anunciar tinacos.
Carlos Fausto dijo…
jeje yo también tengo cuerpo para anunciar tinacos

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