El consumo y la estética

Muchas personas representan en sus autos su pretensión de status, algunos otros en sus casas, en sus consumos culturales, en sus viajes y tiempos de ocio, etcétera. Pero sea cual sea el caso, el principal elemento es el consumo como agente de diferencia social y como representación simbólica (muchas veces falsa) de una jerarquía social a la cual no se pertenece.
La estética por otro lado adiestra con el favor de las formas normales y homogéneas de lo bello y lo sublime. No hay ejemplo mejor que los cuerpos como mercancías de lo estético. Un cuerpo bello estéticamente es aquel que tiene asegurado el acceso a ciertos niveles sociales o que por lo menos no cuenta con el estigma de la diferencia y la exclusión.
Los cuerpos femeninos son entonces elevados al punto de la estética aceptable y se mezclan con los objetos por comercializar como los autos, creando muestras tan aberrantes como los anuncios de carros espectaculares y mujeres hermosas, la perfecta combinación de la estética y el consumo.
La estética por otro lado adiestra con el favor de las formas normales y homogéneas de lo bello y lo sublime. No hay ejemplo mejor que los cuerpos como mercancías de lo estético. Un cuerpo bello estéticamente es aquel que tiene asegurado el acceso a ciertos niveles sociales o que por lo menos no cuenta con el estigma de la diferencia y la exclusión.
Los cuerpos femeninos son entonces elevados al punto de la estética aceptable y se mezclan con los objetos por comercializar como los autos, creando muestras tan aberrantes como los anuncios de carros espectaculares y mujeres hermosas, la perfecta combinación de la estética y el consumo.
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¡Besos!
Mariana.