Mascaras y actuaciones sociales

Los actores sociales están condicionados a realizar determinados papeles que se instituyen en un rol social, y estos, en relaciones sociales. Así por ejemplo un médico adopta el papel del curandero, del chamán de la sociedad moderna, brindando estabilidad y soluciones a los desordenes del cuerpo humano, ya sea por enfermedad o por simple dependencia mental de la medicina, como el caso bien sabido de los placebos.

Cada individuo tiene bien aprendido los papeles que tiene que actuar, de acuerdo a la situación interaccional que establece el escenario al que llega, lo cual de no realizarse de acuerdo a las normas establecidas, provocaría un choque y una situación vergonzosa para el actor y su público (los demás actores que lo miran). Así por ejemplo, en un velorio no se puede llegar con risas y bromas para con los dolientes, por que el escenario dicta autoritariamente como actuar ante tal escena.

El objetivo de la actuación social ante los demás actores que se constituyen como nuestro público, es controlar las expectativas y las inferencias que ellos tengan sobre nosotros, sobre la información que les otorgamos y sobre la que emanamos. De tal manera que podamos establecer una imagen que genere cierta actitud moral sobre nuestra mascara. Así pues, si llegamos a un ambiente de cordialidad y risa y quiero dar a entender que soy una persona divertida, comenzare mi intervención ante el grupo con una broma, para establecer la primera impresión y el control sobre las ideas sobre mi en los otros.

Cuando la conciencia sobre la representación dramática se adquiere por sobre la idea de las relaciones indudables, el actor social, se convierte en una especie de cínico social, ya que actúa y juega con las reglas del espacio interaccional, con plena conciencia de la actuación improvisada o ensayada on backstage.