Castigo ejemplar para las violaciones en Atenco

Hace tiempo en una entrevista hecha al goberprecioso Peña Nieto, de por acá en el Estado de México, este tipo declaraba que no habían indicios de que se hubieran cometido violaciones en los actos de represión policíaca de los habitantes de Atenco.

Hoy ante el caudal de pruebas que demuestran que efectivamente se ultrajaron a diversas mujeres de Atenco, además de las violaciones a los derechos humanos y las torturas indirectas ejercidas sobre lo detenidos el presidente del Consejo de Derechos Humanos el embajador Luis Alfonso de Alba, aseveró:

"yo espero que haya castigo ejemplar para las autoridades de cualquier nivel, los autores intelectuales y quienes ejecutaron las órdenes que provocaron la violación de derechos humanos -en la irrupción violenta a San Salvador Atenco el 4 de mayo pasado-".

Se requiere, subrayó, de un esfuerzo de las autoridades, específicamente del gobierno del presidente Fox, para solucionar estos conflictos (violaciones sexuales en Atenco; tortura, detenciones arbitrarias; asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y el conflicto político en Oaxaca), y sobre todo para llevar a los tribunales a los responsables. En el caso específico de San Salvador Atenco, "el juicio se tiene que hacer cuando se tengan identificados perfectamente a los responsables".

Precisó que "uno no se puede comprometer a evitar violaciones a los derechos humanos, pero a lo que sí se tiene que comprometer, como gobierno, es a sancionarlas cuando ocurren. Porque si no se hace, no habrá avances suficientes en la defensa de los derechos humanos".

Los castigos ejemplares sobre quienes cometieron estos ultrajes son una buena voluntad que todos quisieramos, ahora falta esperar a que esta resolución tenga forma en un juicio penal para castigar a los culpables, desde los policías que ejercieron las violaciones y torturas hasta el propio gobernador del Estado de México por pasar por alto las denuncias de las mujeres y tortura de hombres y justificar las acciones de sus policías.

Y mientras tanto, a las mujeres violadas ¿quién les quita lo violadas?