Catarro electoral y contagio masivo del fastidio

Los tiempo electorales ya comenzaron en el país como una plaga que contamina el ambiente y ante la cual no existen vacunas, tapabocas o medidas sanitarias para evitarla. Todo esto en medio del desorden generalizado de la influenza H1N1 y las recriminaciones de la comunidad internacional ante una eventual detención de información por parte del gobierno mexicano.

El periodo de activación de la maquinaria política en busca del poder ha sido desatado, con ello, las consecuencias inmediatas, revelaciones de la realpolitik mexicana: difamaciones, encubrimientos, complots, acuerdos secretos y demás costumbres arcaicas de la clase en el poder.

Al parecer la campaña nacional por la limpieza de los espacios sociales tales como escuelas, lugares de trabajo, transporte, espacios de recreación, entre otros; debería de alcanzar las mentes retorcidas de los políticos del país que en este periodo de turbulencia se dedican a destapar los negocios recurrentes “bajo la mesa” que ya no nos resultan extraños, lo sorprendente sigue siendo la impunidad con la que se olvidan rápidamente las recriminaciones políticas hasta el siguiente periodo de elecciones.

En medio de este desorden, a los partidos políticos les da por ocurrencias utópicas que sólo tienen sentido en el marco de los spots que invaden los canales televisivos del país. Promesas vienen y promesas van. De pronto, los “grandes lideres” que el país esperaba se destapan con la panacea bajo sus brazos: vota por mi partido y tendrás lo que buscas. Y la sociedad civil aborregada se apresta a votar y obedecer como lo dicta el bíblico mandato de la democracia.

Me pregunto si los personajes inmiscuidos en la estructura que ambiciona en el poder no se han dado cuenta del fastidio social y la falta de credibilidad en las formas de participación ciudadana. En palabras de Charles Bucowski, la única diferencia entre una democracia y una dictadura es que en la democracia votas y después obedeces, mientras que en la dictadura se ahorran el primer paso.

El fastidio social en medio de un escenario influenzado es de esperarse. Según el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Publica de la Cámara de Diputados, para las elecciones intermedias del próximo Julio se espera un abstencionismo de entre el 65 y 69 por ciento de los electores. Por otro lado, por diversos espacios de expresión virtual se han comenzado campañas por la anulación del voto como forma de protesta ante las cochinerías del sistema de elección nacional.

El contagio del fastidio social por la influenza electoral puede cobrar muchas victimas, en general, los partidos políticos que ahora luchan por ocupar un puesto sin dar una mirada hacia el escenario de los ciudadanos y electores cansados de las mañas y argucias de cada periodo de elección. Si usted querido lector, se encuentra contagiado por las influenza electoral, no se preocupe, la inconformidad nos conduce hacia la protesta, y ésta hacia la reorganización de lo social en el país.

Publicado en Semanario Punto No. 78
Foto: Guillermo Romero

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