Violencia social desbordada

El estado social de nuestro país está contaminado de la violencia como medida de enfrentamiento entre los grupos de delincuencia organizados y el Estado mexicano, en una clara confrontación de fuerzas y poder, en donde el gobierno quiere confrontar a las fuerzas delictivas que por varios sexenios se ha encargado de conservar y de nutrir sus filas con desempleados y miseria popular.

La peor manera de confrontar a las organizaciones criminales es mediante la violencia militar, los grupos de poder que se crean mediante este procedimiento y las injusticias sociales son mayores y de una peor mesura.

La pobreza del grueso de la población se criminaliza y se tiende a combatir entre grupos de poder asesinando a personas en muchas ocasiones inocentes. El gobierno quiere combatir fuego con más fuego, creando un estado de violencia generalizado que puede desbordar a toda la sociedad.

Calderón ha llamado a la lucha contra la delincuencia, pero para el gobierno los principales delincuentes son los pobres y los activistas sociales como los lideres de Atenco a los cuales se les dio 67 años de cárcel por su protesta. Y yo me pregunto ¿a que narcotraficante han condenado de esa misma manera?

La policía y los militares en las calles aquí y en China representan un estado de siti y de crisis social del Estado gobernante, esperemos que la violencia no se desborde más de lo que ya está, sin embargo, las acciones estúpidas y torpes de la marioneta de Calderón

Comentarios

Mariana dijo…
Yo convocaría a una lucha en contra de Calderón, pero no tengo buenas ideas para combatirlo... es un mal que nos está comiendo desde dentro, violento a más no poder detrás de sus lentecitos.

¡Un beso!

Mariana.
Anónimo dijo…
hola carlos me da mucha pena qe nuestro pais se este yendo al abismo estamos de nal en peor,este desorden nacional es culpa del gobierno qe nunca se a puesto las pilas y asi va seguir esto asta ke yegue alguien y ponga orden, si yega lo mas triste qe la gente civil es la qe muere qe pena. un beso.AVL.

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