2 de Octubre no se olvida

El impacto de las balas penetrando los cuerpos de estudiantes se escuchaba en lo profundo de los miles de cuerpos corriendo por salvaguardar su vida ante la mirada amenazadora de policías y militares que observaban a los manifestantes huyendo despavoridos ante el inminente final de la historia, aunque a decir verdad este final no es más que el principio de ella.

Nuestra libertad ha sido conquistada con la sangre de la protesta y la estupidez de la represión, nuestra libertad ha sido exigida mediante el grito de justicia, igualdad y respeto, nuestra libertad ha sido el fruto de las luchas sociales; y sin embargo hoy nuestra libertad queda reducida a una mera libertad de consumo, de elección y de conformismo.

¿Para qué seguir luchando? ¿Para qué protestar? son las preguntas comunes de quienes no desean arriegar su escaza ciudadania y aceptan con cabeza resignada y conciencia feliz las contradicciones que nuestro sistema economico y de gobierno nos imponen. Las desigualdades son inmensas y más aún los pretextos para continuarlas, mientras haya seres humanos oprimidos, mientras la clase en el poder siga empeñada en reproducir sus formas de vida y mietras las injusticias sean el pan de cada día, la protesta no es una acción a discusión.